I
La piedra
fundamental de la libertad suramericana, para decirlo con el padre Bolívar, ya
ha sido puesta. No vacilaremos nunca más, porque sería perdernos. Y quién sabe
si la historia nos concedería en las próximas edades otra oportunidad tan
maravillosa como lo que vivimos ahora mismo en nuestro tiempo.
Necesitamos
defender el gran edificio de nuestra liberación: la arquitectónica suramericana
que, entre todas y todos, estamos levantando. No desmayaremos, ni un instante,
y no nos dejaremos intimidar por la recomposición de fuerzas del imperio en las
principales regiones estratégicas del globo terráqueo.
No nos asustan
las amenazas de Washington. No estamos solos, quiero reiterarlo, y nuestras
acciones, y las de los Pueblos hermanos, nunca están ni estarán al margen de la
responsabilidad colectiva que trasciende nuestras fronteras, pero que, a la
vez, permite que nos encontremos en la Patria Grande y diversa que conformamos y nos
une. Estamos conscientes de que no hay soluciones nacionales: sería una simple
ilusión ante el mar de problemas que agobia a la humanidad entera.
Es esta la razón
por la que el dinamismo y el espíritu unitario y nuestroamericano, que primero
se hizo sentir en Quito la semana pasada con la reunión de cancilleres de la Unasur , y luego en la 39
Reunión Ordinaria del Consejo del Mercado Común y Cumbre de Jefes de Estado del
Mercosur y Estados Asociados, celebrada en la provincia de San Juan, Argentina,
se trasladó al final de esta semana a nuestra Caracas rebelde, libertaria y
bolivariana.
Quiero expresar
la gran alegría que me causó la visita de ese gran compañero y amigo que es
Néstor Kirchner, ese honroso hijo de San Martín, en su condición de Secretario
General de la Unasur. Juntos
pasamos revista a planes de trabajo, tareas y funcionamiento de nuestra
organización, para cumplir, ahora sí, con la imperecedera divisa peronista:
unidos para ser libres; nunca más divididos para ser dominados.
Razón tenía José
Martí cuando decía: La paz también tiene sus ejércitos. Somos nosotros todos
los soldados y soldadas que junto a Kirchner conformamos ese ejército de luz
que nunca descansa ni descansará por la suprema felicidad de nuestra América.
II
En la Plaza Bolívar de
Caracas, y ante ese gran Pueblo que nos acompañó y alentó siempre, este viernes
recibí a otro compañero entrañable y amigo de muchos años: el presidente de la República Federativa
del Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva. Junto a Néstor Kirchner nos trasladamos
a la Casa Amarilla ,
asiento originario de la magna gesta bicentenaria que celebramos este año, para
acompañar a los representantes de la
Madre África y de Nuestra América, que asisten a la Reunión de Trabajo de la Mesa Presidencial
Estratégica del Foro de Cooperación América del Sur-África (ASA).
A África y a
América las unen raíces profundas y las identifica la urgencia histórica de
hacer realidad otro mundo, que ya no sólo es posible sino que es absolutamente
necesario para salvar a la humanidad y a la vida misma en el planeta. Ése es
nuestro camino: no hay otro.
Recordemos de
nuevo, siempre de nuevo, al Bolívar de Angostura y tendremos la medida exacta
de un compromiso que nos corre por las venas para latirnos con la fuerza
rítmica que tiene la Madre
África en el corazón: Tengamos presente que nuestro pueblo no es el europeo, ni
el americano del Norte, que más bien es un compuesto de África y de América,
que una emanación de la Europa ;
pues que hasta la España
misma deja de ser europea por su sangre africana, por sus instituciones y por
su carácter.
No podemos seguir
mirando a otros lados, esperando el concurso de otros: veamos la afrenta contra
la humanidad que representa la
Ley Arizona en Estados Unidos, por ejemplo, o el racista y
excluyente movimiento antiinmigración que se ha desatado en la Europa. Para decirlo
con el infinito uruguayo José Gervasio Artigas: nada podemos esperar si no es
de nosotros mismos.
Acto seguido, nos
trasladamos con Lula a la Casa
de Gobierno en Miraflores, para cumplir con nuestro octavo encuentro
trimestral. Tiene mucha razón Lula al decir que en 8 años hicimos dos y hasta
tres veces más de lo que se hizo en cinco siglos. Y todo esto, como lo refirió
él mismo, porque también hace poquísimo tiempo descubrimos que tenemos más en
común en el Sur, que todo lo que podemos recibir del Norte.
Tan sólo este
viernes, como ejemplo, entre la República Federativa del Brasil y nuestra
República Bolivariana de Venezuela, firmamos 27 acuerdos de integración en
materia agrícola, de construcción habitacional, tecnológica y
telecomunicaciones. Quiero recordar a un grande de Brasil y Nuestra América,
Hélder Câmara, a través de sus palabras: Cuando los sueños se sueñan solos,
sueños son, pero cuando comenzamos a soñarlos juntos, se convierten en
realidad.
Ciertamente, a lo
largo de nuestro devenir histórico, hemos tenido sueños, hemos abrigado nobles
aspiraciones, esperanzas, grandes proyectos. Pero faltaba lo más importante
para que se convirtieran en realidades: reconocernos como pueblos hermanos. Y
es lo que hemos logrado, feliz y plenamente, durante estos 8 años.
Hoy comprendemos
cuánta razón tenía el mismo Hélder Câmara: Nadie es tan pobre que no tenga nada
que ofrecer, ni tan rico, que no necesite ayuda. Creemos que ésta ha sido la
clave para que el gigante Brasil se haya reencontrado definitivamente con
nuestra pequeña pero grande Venezuela. Y al frente del Brasil, Lula, quien
incluso antes de asumir su primera presidencia ya se desbordaba en solidaridad
para con nosotros, como en aquellos días terribles del sabotaje petrolero. Jamás
lo olvidaré: Yo poseo el sentimiento de la amistad y de la gratitud; por lo
mismo, sus contrarios me son enojosos, decía Bolívar. En esta misma veta se
nutre nuestro Pueblo.
Muito obrigado,
meu caro amigo.
III
Quiero saludar la
contundente respuesta que dio nuestra Fuerza Armada Bolivariana, en la persona
del General en Jefe Carlos Mata Figueroa, Ministro del Poder Popular para la Defensa , a las recientes
declaraciones del Embajador designado por Estados Unidos para Venezuela. No
quiero redundar en los detalles porque ya todos fueron satisfactoriamente
expuestos, lo que habla bien de la gran moral y, por lo mismo, de la dignidad y
vergüenza patria que caracteriza a cada uno de nuestros soldados y soldadas y a
cada uno de sus mandos. Se equivocó entonces el señor Larry Palmer, y calculó
mal de nuevo el imperio al vaciar, a través de él, una sobredosis de infamias
contra Venezuela. Olvidaron lo más importante de todo: aquí, hoy más que nunca,
existe una Fuerza Armada unida a su pueblo, como pueblo en armas, y que sabe
hacerse respetar y tiene cómo hacer que Venezuela sea respetada.
IV
A la misma hora
en que termino estas líneas, veo a nuestro canciller llegando a Bogotá y
recuerdo que este sábado 7 es aniversario de Boyacá, la Batalla Libertadora
de la Nueva Granada
y preludio de la otra, la
Gran Batalla de Carabobo.
Y asume, al mismo
tiempo, el nuevo gobierno de Colombia. A esta hora del domingo, cuando han
salido estas líneas, cerca del mediodía, debe estarse reuniendo el canciller
Nicolás con la nueva cancillera colombiana.
Que quede claro:
si Venezuela es respetada, pues podremos hacer primores. Si Venezuela siguiera
siendo irrespetada pues nada nuevo y bueno sería posible.
Hago mi llamado
al presidente Juan Manuel Santos, al respeto, al diálogo constructivo, al
pensar y al actuar de manera soberana, a ser fieles con el anhelo de nuestros
pueblos hermanos por la Paz ,
por el progreso, por la construcción de "la mayor suma de felicidad
posible", para decirlo con Bolívar desde las colinas de Boyacá, ciento
noventa y un años después.
¡Viva Colombia!
¡Viva Venezuela!
¡¡Venceremos!!
Artículo: Hugo Chávez Frías
Fuente: MPPRE
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